domingo, 22 de marzo de 2009

El baile de los zanganos

Esta noche saldremos. Bailaremos. Nos divertiremos, al menos eso intentaremos.
Llegaremos hasta los pies de lo que ayer soñamos irrealizable, y en vez de retornar creando alteraciones que no descarrilen malestar, debamos aplastar la victoria en nuestra piel, sedienta ella, absorbera los liquidos; mejorando la inteligencia, periodos de lectura, ampliaria los intereses, y los subyacentes deseos para esas penumbras de las que los debiles ni se atreven a ver.

Ellas estan iguales de preocupadas que nosotros. Como veras, ponernos felices lleva su tiempo; mientras tanto con pequeñas danzas decimos lo antes reprimido; con la idea segura que sea cual sea la respuesta, nuestro ser no va a estar escuchando.
Ya que las lagrimas del ser son demasiado acidas, son muy corrosivas y queman las ropas, la piel, los ojos; tardan bastante en secarse, menos con venganza.
Se necesita tal, pero tal nivel de honestidad para enfrentar esas lagrimas, que somos inteligentes en no dejarlas escaparse. Tambien porque cuando descienden, se anudan a las demas que murieron a lo largo de la cara, y forman tormentas para la boca, por eso escupis cuando hablas.

Ambos reunidos saben a que han venido. Se han erogeneizado espiritualmente para la ocasion. Aun no saben si cuando leen un libro, el placer por una distraccion letrada supera la de la imaginacion cuando intenta ella escenificarlas. Dado este detalle, no encuentran un relato que les narre a ellos por completo. Y haciendo pasar por interesados, pasan unas hojas, pero se aburren, o por el esfuerzo de buscar entre silabas una salida en pluma ajena a sus problemas, se cansan, y terminan criticando al autor por haber vivido diferente.

No es consejo tampoco el de obrar por cuenta propia, no porque el blanco espacio de lineas vacias e impacientes les sulfurize la mano y la tinta derramada son inspiradas luego como veneno, sino porque escribir, se necesita que la fantasia y la realidad hagan el amor. La fantasia es facil, tiene el sí debil, cualquiera con imaginacion e impetu no le costara demasiado seducirla y besarla.
Pero la realidad, si que es mas dificil; conlleva un esfuerzo, talento, tiempo y sabiduria, pero sobre todo, una honestidad tan grande, que no precise palabras temerosas que solo hagan perder el tiempo al lector, y a quien escriba e intente acariciarla. Una llegada valiente, no para elugir los miedos, sino para siendo totalmente conciente de llos, escribir pasandolos por encima. El resultado, al menos para mi, que observo el baile de los zanganos, es admirable, y me regocijo ya solo de ese estilo de vida.

Esperen, queria hablar de chicos y chicas yendo a bailar, no de formas de escritura. Que descuidado. Cualquier analogia es mi culpa.

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