jueves, 21 de agosto de 2014

4:45

Aqui estoy sin dormir. Como siempre camino en el borde de afuera. Nunca quise estar adentro. No es para mi. Desde siempre que aparezco donde lo diferente evita su reinicio. Por eso interrumpe su cascada y la hace levitar por enfrente de la mente construida en forma de telaraña asombrosa. Aquella que distribuye una y otra vez a las mismas ideas entre los grupos sociales. Aquella que nos dicta la letra del deseo en silencio. Y luego despertamos tarde o temprano madrugando directo hacia la pseudo originalidad. Pero ya nada nos pertenece. Somos sacos sueltos electro tecnificados. Todo sea por un sueldo y valga el alma por aumentarlo. Dignificar las neuronas y pegarlas bien contra el mercado tiranico. Ahora la originalidad se paga. No se consigue porque no abunda. Mis intereses son variados. La tranquilidad del sol caido sobre las tejas bajas invita al temor a despojarse de su reino de esclavitud. No importa cuanto lo deseas. Cuanto lo compliques. Todo volvera a ser diabolicamente sencillo si observas el accionar ajeno que todo lo consigue. Y en ese vaiven entre la meta y el camino singularmente surgen muchos hermosos dilemas. El de la honerstidad sexual contra la histeria. El de las intervencionas en la vida concreta y real contra la revision de las posiciones hacia las fantasias siempre perdurables. Y parecen palabras salidas de una madrugada espontanea, pero lo cierto es que maduraron hacia ya varios años.

¿Cual es el truco? Estar afuera.  No ser mientras la intensidad clama su racion. Diran que la torpeza y la la lentidud invadieron tu formalidad. Pero que mejor momento este entre la oscuridad de la madrugada para escribir. Se puede estar afuera o insertarse mas bien desde el principio en una ascencion que evoluciona. Y se siente diamentralmente  la diferencia por la nocion de movimiento. En un sector nada se mueve excepto el exito ajeno. En el otro todo sigue su curso natural. Todo encaja como el sexo en su histeria. Todo florece entre las telañras de los ladrillos sovietos. Todos esos dilemas que caminan de a pares se conjugan para darle espacio a un vehiculo que crece segun la ocasion. Todos se conectan. Pero los hilos invisibles solo se encienden cuando se ven desde el angulo correcto. Cuando el sol queme todas tus intenciones  y seas vos el atrapado. Cuando la puesta de la luna sea la continuacion exacta de la de ayer y no puedas dormir jamas. Cuando vuelvas al principio y te pregunten adonde estas. Sera tiempo de volver a leerme.