jueves, 21 de julio de 2011

Extraña satisfaccion

Ya se que hay que amar. Ya se. Eso no me preocupa. Lo que siento no es amor. Lo que siento es cercanía. Y esto que aquí se acrecienta no merece mayor análisis. Es algún tipo de soberanía. Trayecto sinuoso que te rodea sigiloso. Origen cauteloso que saborea de tus pequeños regalos, ¿qué exactamente? ¿Que quiero recibir del reflejo de tu sombra? Tal vez un pequeño zumbido colorido. Y leo ahora mismo a esta conglomeración de sentidos, en esta puja por alcanzar una joya literaria. ¿Por donde caminar entonces? ¿Por las mismas baldosas que mi deseo desliza bajo tus dedos descalzos? Resbalas quizás así hacia un fondo que baila sobre si mismo. Llegas hasta el reino de la oscuridad sin dialecto. Todas las espinas que viven aquí ya han intentando escalar estas paredes hace muchos años. Esas mismas te redactan en la piel una invitación jugosa: quédate conmigo. En este recinto no necesitas ver. Llegaste hasta acá solo por tu ansia de ser. Tal vez sea un cubo encerrado en el universo, o incluso un pozo cercano de un bosque encantado. Tal vez la dama perversión pretende trastocar lo que ya se encuentra severamente modificado. No hay nada que perturbe su naturaleza. Aquí las enredaderas solo contestan con entusiasmo ante tu ardiente provocación.

Perdónalas si te dolió la espalda cuando te caíste. Ya duermen con vos miles de pensamientos extranjeros. Todos ellos fueron inyectados a través de cada espina traviesa que contenta muere penetrando tu desafiante piel. Aca el infierno no extenderá su dominio. No hay deseo que puedas controlar. No podes pervertir lo que ya se encuentra pervertido. Tal vez quieras escapar, y seguir con tu satisfacción real en la superficie. Jamás podría negártelo. En ese caso, podrás subir solo colgándote de mis senderos, por todas mis verdes sogas. Disfrutare del roce de tu cuerpo a través de mí, al menos. Llevaras sobre ti todas las marcas del deseo. Suspiraran latiendo sedientas el encuentro de una lengua que pueda colmar el brillo salvaje de tu sangre. O, mejor aun, podrás cortar, antes de escalar, una parte de mí. Y cuando vuelvas a tu casa podrás dejarme abajo de tu cama. Creceré en ese lugar oscuro, alimentándome así del gemido de la madera cuando vibre tu corazón durmiente. Ya se que hay que amar. Lo que siento no es amor. Es el roce de una extraña satisfacción.

miércoles, 13 de julio de 2011

Lugares



Sentado en algun lugar que ya conocía pude volver a ver eso que dejo de ser recordado. No inquietaba el viaje, excepto por el hecho de ya saber el punto final que anunciaba el eterno inicio hacia lo mismo. Y esa insistencia incomodaba lo suficiente como para que la poca movilidad se encontrara justificada. Leia mucho; pero mis dichos frenaban alrededor de eso mismo que en ningun lado se encontraba redactado. ¿Que era? ¿Que esta pasando? ¿De que estoy hablando? Poco a poco gano mi lugar. El temor tirano aflojaba. Pero no pueden mis manos dejarse dormir, una por sobre la otra. Aun tienen algo que decir. Claven un cuchillo sobre ellas. Podran beber de su sangre luego de que mueran. No dejes que crezcan nuevamente por los lugares que conociste. Libera su camino de su putrido destino. Espera que el charco llegue hasta el borde de la mesa. Refresca alli solamente tu conocimiento. Implora solo ahi adquirir esa extraña sabiduria. Maneja mi sangre como quieras. Ya estara muerta para cuando encuentres mi lugar.