miércoles, 6 de mayo de 2009

Cierta charla en un bar

-Espera.
-¿Que?
-No, nada. Me dio la sensacion que nuestra charla era exactamente igual al de la mesa de alado.
-¿Eso se trataba o se buscaba?
-Tratando de tener ganas se objetivizan las almas.
-¿Sugeris el camino opuesto?
-No hay dos, en un par de opuestos, pero si, eso sugiero.
-¿Y te parece que la gente pueda soportar esa verdad?
-Si, pero es divertido creer que no. Simbolo aqui, otro alla, participes de un escenario sentimental al parecer externo, intramitable e intangible para una vida cotidiana, que lejos el corazon esta de ser cotidiano, la posibilidad pasa de habitacion en habitacion y nunca se acepta. Me pregunto porque no.
-¿Porque no?
-La idea de identidad tendra algo que ver.
-No creo, debe ser por el miedo.
-A actuar, porque se puede pensar, y para eso mucha valentia tambien se precisa.
-Depende la calidad.
-El juez de la calidad no es calido, por cierto
-No deberia de serlo. Esa es una objetivacion a respetar, los que defienden el otro extremo no te agradan.
-Uno si, el otro no. Dudo de ese estilo de juez. ¿Sabran de epistemologia los jueces?
Son tan similares ambos.
-Bueno, en fin, que me estabas diciendo...
-Que me estuve acostando con tu hermana. Y le tengo ganas a tu mejor amiga.
-No hay problema. Eso es verdadera episteme, te das cuenta.
-Lo que es la ciencia.