lunes, 22 de febrero de 2010

Siguiente paciente

Una desesperacion inmensa le cohibe el alma. No se trataba ya de situarse alli donde podria aprender los trucos de escena; sino de observar las lagrimas que el escenario transmutaba como comedia.

-¿Que aprendiste; entonces de este sulfuro de desidia concomitante?
-A llevar una vida vacia; cierto es que ya no cuesta admitirlo. Pero acaso, ¿adonde se fueron todas las soluciones?

Las palabras revoloteaban sin poder engarzar alguna clase de sentido.
-No lo se-. Fue entonces que el telon cayo como hoja de guillotina alli donde la inercia ataba los movimientos de su vida; balanceandose hacia atras luego de unos horrendos aplausos que lo empujaron hacia una direccion poco conocida. El descenso solo tuvo resguardo hasta que fue tomado de la mano alli mismo cuando se desplomo en la sala de espera.
Una mirada adulta y soberana se enfrentaba ahora a la mia sin recibir ya la mas minima senda de gratificacion literaria.
-¿Se da cuenta de la gravedad del asunto, no?-. Giro el brazo hacia una inmensa luz que martillaba.
-Tome, observe su propio corazon.

Todo aquello se deslizaba mientras la ventana abierta dejaba sentarse a unas palomas, alli por donde la humanidad se desplomaba ante su crapulencia.
-Digame, entonces, precisamente, lo que ha encontrado luego de esta inmensa busqueda, por favor-. Sostenia perpendicularme una birome entre sus dedos aguardando que hable.
-Pues todas las habitaciones estaban llenas de timidez.
Acomodandose los anteojos, revoleo la intelegencia para algun lado y dijo:
-Lamentamos mucho que usted se haya creido quien era, señor, pero le tenemos una noticia que seguramente le agradara.

Abroche nuevamente mi remera y simplemente aguarde que el doctor termine de anotar en su libreta de trebol mi receta.
-Tenga, esta vez no la pierda.
Antes de que el papel roce mis dedos, lo tome de la muñeca, con una voz que se inundaba de miedo y valentia, y acercando mi precariedad hasta su cuello, me deslize:
-Debo, debo confesarlo algo.
Nos miramos como al principio, por lo que volvimos a sentarnos en simetria de preocupacion.
Se saco los anteojos, y dejo entrever sus ojos purpura. Respire para que los murcielagos se retuarzan en sus alas, y finalmente le dije:

-Doctor, ¿En que punto la realidad de los otros deja de ser mia?¿En que punto de esta interseccion entre mi padecer y el bloque que los demas tejen entre si, esto se continua siempre como la produccion del material de queja o causa de mi siguiente sufrimiento?
¿Porque todos deben dejarme a un lado?¿Porque siempre tengo que comprender; sin que nadie me comprenda a mi?
¿Porque este giro de eterno sufrimiento en esta suposicion en la cual siempre mi vida y la suya inferfieren en ese punto todo pierde su concatenacion?.
Apoyaba su mandibula sobre su puño, y me observaba sin parecer esbozar respuesta, por lo que ya no pude detener mi veredicto.
-Han engañado al entendimiento. Depende de nosotros descifrar a las pistas que escondieron entre sus bolsillos.
Historias revolotearon de lo alto de la intrascendencia. No dejaba de mirarme fijamente sabiendo perfectamente que nadie pasaria a buscarme una vez que saliera para adentro.
-Siguiente paciente, por favor.

sábado, 13 de febrero de 2010

Une hésitation du sujet

Estire las sabanas que cubrian los papeles de mi habitación; seguramente para que ese sonido a sollozo de tinta ya se atosigue por completo del calor que aguantaban sus paredes. Comenzé a juntar alguno de ellos para recordar entonces lo que de una ocasión la noción de tekhne tenia para impartir.

No era acaso una cierta reseña de modalidad agresiva; como un reto que critique una y otra vez a los intentos de abrir la puerta y escapar un poco hacia la noche, si bien sobre este deslizamiento se debian corresponder las soluciones, sino ese interrogante que codificaba el paso del tiempo como inoperante.
¿Cuando vas a dejar de hacer todo aquello que es correcto realizar, de la forma en que deben experimentarse las vivencias; para pasar a realizar aquello que realmente deseas hacer?

Revalsaba su taza de madrugada llena de soledad. No de una calida ahogada de lagrimas, sino de una totalmente reseca por la conclusion de que su falta de interes por la vida de los demas habia exterminado sus sexuales consecuencias. Por lo que su cuerpo sentandose de frente a la oscuridad, intentaba solucionar mediante la produccion de castillos con habitaciones llenas de caricias la intemperie horrible la cual mecia su vida a cada traspie del atardecer eterno el cual ofrecia totalamente pegajoso el mas sosfisticado arte del sometimiento.

No creas entonces que si has de errar seras perseguido como tal, pues ese lugar se encontrara siempre reservado para quienes deciden no arriegarse. Claro, las voces sacrilegicas acechaban nuevamente, y las pupilas totalmente caidas por la densidad muda de la noche se interrogaban por la trascendencia de su propia condicion lectora. Pasaban unas y otras sin acomodarse aun cronologicamente; y simulaban formar en su encadenamiento una gran figura solo perceptible desde el techo de la plenitud.

Tenes letras; usalas para dibujar. Si veo el ojo, desaparece la mirada, pero entonces tu acercamiento permite que todas estos signos se amontonen alocados excitadisimos por el roce de tu piel. De esta fantasia literaria los ejemplos argumentativos no tienen el suficiente valor como para que se desencadena la parrhesia. Y vuelve por esto a considerar no lo que desea, sino la posibilidad concreta o imaginario que del pedestal su lengua se enrosque y enamore. Por eso es que todo este proyecto de reclinacion sobre si ya de su condescendencia no puede retribuir el gesto adecuado.

El enigma entonces que ha tendida de falsas preocupaciones a los hombres siempre ha sido de la mas certera verdad a su contribucion. Se trata primero de separar al placer de la felicidad de un lado; y la sinceridad del bien del otro. Una vez separadas y tensadas estas cupulas que dicen mucho sin explicarse; se toma un poco de distancia de aquello que recubre al borde de lo que percibe como de lo que produce.

La maxima preocupacion huamana es la de poder alcanzar al placer como consecuencia de los actos realizados; sin que esto sea a traves de una ligera o adolescente modalidad. Es poder eternamente poder doblegar al pensamiento que intenta pensarse a si mismo, para que de de él alcanzar cierta profundidad sin que la más facil modalidad quede perdido sin la retribución que del deseo positivizado engendre.

El caracter de esta profundidad que oscila entre la estupidez adolescente de la sexualidad y su desencadenamiento ulterior depresivo por la negacion del deseo; cava marcas eternas en el hombre, del que las ruinas cobraran valores implicitos luego para sus talleres literarios. Forma la estela de barro la cual diseño este peculiar tekhne de extraña pariencia. Ni tan estupido ni tan profundo.

Esa sera su vacilacion en forma de transmutacion. Poder atender en forma de entendimiento porque su vision y paseo por el mundo comienza a fallar; cuando solamente el jean de la compañera le inunda la mirada, mas alla de su pesar.

Y si sigue usted por el rastro del que las palabras aqui le indican, llegara entonces a oir a aquella voz en el discurso; la cual le susurra noche tras noche a las baldosas por donde el espiritu resquebrajado descansa, todos los deseos de los que la luna sueña con alcanzar, y de toda la inmensidad que me separa de vos, pequeña libelula de alas inflamables.