lunes, 30 de enero de 2012

Belleza Cordillerana

Los relatos son épocas. Están hechos de tiempo. Así se forman y solo así logran desintegrarse. Nos rodean. Incluso algunos dicen que solo a través de ellos es que podemos llegar siquiera a la posibilidad de saborear el mundo. Ese que cae y se levante siempre en una forma diferente a cada segundo que el sol vuelve a abrazar cada piedra de cada espacio de montaña. Y así como se escribió una historia del tiempo ella sabe que precisa viajeros para que su esencia sea narrada. De esa forma logra expandirse de una forma subalternamente diabólica. Invita al espacio a considerar su soporte de líquido más bien. Y así como primero insinúa en ir en contra de la corriente luego juega a escapar más rápido que todos nosotros a través de sus propios canales. Esos que nadie se los regalo.

Y mas aun. Dado que el sol pretendía amarrarnos al vino del este, pensamos de forma arrogante que ya lo habíamos visto todo. Debido a eso sin decir mucho alargo sus brazos invisibles despertando a los techos nevados de su siesta nocturna. Una a una se fueron levantando a nuestro paso ¿Cómo podría explicar algo tan maravilloso y descomunal? Sentía como todos los relatos se inflaban hasta reventar al igual que las nubles al renunciar a cubrir todos los hermosos desperfectos que la naturaleza cavaba en cada milenario espacio. Las ondas del abandono ferroviario pretendían de forma tímida invitar nuestro perfecto andar. Simultáneamente así una época tras otra se había escrito ya hace mucho tiempo. Nosotros éramos los testigos privilegiados de una acumulación en cadena de la cual era símil imposible descifrar si en nuestra presencia se añadía una esencia de igual naturaleza o por el contrario un agregado que alteraba el almacenamiento del tiempo y el espacio salvaje que aquí en este laberinto cordillerano descansaba.Cada paisaje se devoraba al anterior como si tuviera la más entera seguridad de que su antecesor no seria ya teñido de nostalgia.

Los relatos son épocas. Están hechos de tiempo. A veces siento que podría perder el pasado. Y vos el futuro. Uno lleno de ansia letrada. Inundado de un deseo negado. Aquel que noche tras noche pretendía resolver el mundo dada la soledad sexual que ahogaba la única fosa nasal existente. Aquel que lo único que quería era estar acompañado. Toda la historia que esta cordillera esconde es vuelta a contar cada vez que es recorrida. Pero no se sienten solas. Son lo suficientemente grandes que no lo necesitan. En ese punto un pequeño rizoma me pide un par de sonrisas. El eco que se guardo en el reservorio de vida siempre la atemorizo un poco. Como sino fuera yo quien hubiera escrito todo el tiempo y espacio que me rodea. Esa ligazón tan extraordinaria entre el cielo, tan limpio y virgen, y el sol ardiente procurando chocar contra nosotros, cae contra laderas de tierra y roca inmensas que nos abrazar ayer y siempre. Es el tipo de encadenamiento entre la repetición y la novedad. Entre el deseo que busca lo diferente pero bajo la condición que luego eso mismo extraído y conseguido se repita sin irse muy lejos. No quiero que te vayas muy lejos, pequeña. Pero también quiero llegar lo bastante lejos. He ahi la cuestión. Ese encuentro de diferencias ofrece un resto que funciona como atracción de las escencias y los labios primero y luego como peso que tira su cadena hacia algún punto fijo, no dejando que el barco se vaya más allá de cierto radio.
¿Seremos como el este y el oeste? Siempre bebíamos que el sol salia a respirar luego de una gran inmersión oceánica al amanecer. Aquí ocurre cuando todas las estrellas nocturnas lo empujan al Pacifico. ¿Es el mismo sol entonces?
¿O son dos diferentes? Ese tipo de perspectivas me giraron las orejas más que la mente. Muchas otras personas aguardan que sus pequeñas cabecitas sufran algún tipo de sismo para poder luego respirar. Hay otras partes que buscan por igual su tacto y afecto.

Perspectivas o perspectivas. Perspectivas y rizomas por igual. Y solamente los tuyos, tus labios que sueñan con volver a verme. A tocarme. A besarme nuevamente. A vivir todo nuevamente. A sentirse nuevamente. A desearte como siempre.

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