sábado, 13 de febrero de 2010

Une hésitation du sujet

Estire las sabanas que cubrian los papeles de mi habitación; seguramente para que ese sonido a sollozo de tinta ya se atosigue por completo del calor que aguantaban sus paredes. Comenzé a juntar alguno de ellos para recordar entonces lo que de una ocasión la noción de tekhne tenia para impartir.

No era acaso una cierta reseña de modalidad agresiva; como un reto que critique una y otra vez a los intentos de abrir la puerta y escapar un poco hacia la noche, si bien sobre este deslizamiento se debian corresponder las soluciones, sino ese interrogante que codificaba el paso del tiempo como inoperante.
¿Cuando vas a dejar de hacer todo aquello que es correcto realizar, de la forma en que deben experimentarse las vivencias; para pasar a realizar aquello que realmente deseas hacer?

Revalsaba su taza de madrugada llena de soledad. No de una calida ahogada de lagrimas, sino de una totalmente reseca por la conclusion de que su falta de interes por la vida de los demas habia exterminado sus sexuales consecuencias. Por lo que su cuerpo sentandose de frente a la oscuridad, intentaba solucionar mediante la produccion de castillos con habitaciones llenas de caricias la intemperie horrible la cual mecia su vida a cada traspie del atardecer eterno el cual ofrecia totalamente pegajoso el mas sosfisticado arte del sometimiento.

No creas entonces que si has de errar seras perseguido como tal, pues ese lugar se encontrara siempre reservado para quienes deciden no arriegarse. Claro, las voces sacrilegicas acechaban nuevamente, y las pupilas totalmente caidas por la densidad muda de la noche se interrogaban por la trascendencia de su propia condicion lectora. Pasaban unas y otras sin acomodarse aun cronologicamente; y simulaban formar en su encadenamiento una gran figura solo perceptible desde el techo de la plenitud.

Tenes letras; usalas para dibujar. Si veo el ojo, desaparece la mirada, pero entonces tu acercamiento permite que todas estos signos se amontonen alocados excitadisimos por el roce de tu piel. De esta fantasia literaria los ejemplos argumentativos no tienen el suficiente valor como para que se desencadena la parrhesia. Y vuelve por esto a considerar no lo que desea, sino la posibilidad concreta o imaginario que del pedestal su lengua se enrosque y enamore. Por eso es que todo este proyecto de reclinacion sobre si ya de su condescendencia no puede retribuir el gesto adecuado.

El enigma entonces que ha tendida de falsas preocupaciones a los hombres siempre ha sido de la mas certera verdad a su contribucion. Se trata primero de separar al placer de la felicidad de un lado; y la sinceridad del bien del otro. Una vez separadas y tensadas estas cupulas que dicen mucho sin explicarse; se toma un poco de distancia de aquello que recubre al borde de lo que percibe como de lo que produce.

La maxima preocupacion huamana es la de poder alcanzar al placer como consecuencia de los actos realizados; sin que esto sea a traves de una ligera o adolescente modalidad. Es poder eternamente poder doblegar al pensamiento que intenta pensarse a si mismo, para que de de él alcanzar cierta profundidad sin que la más facil modalidad quede perdido sin la retribución que del deseo positivizado engendre.

El caracter de esta profundidad que oscila entre la estupidez adolescente de la sexualidad y su desencadenamiento ulterior depresivo por la negacion del deseo; cava marcas eternas en el hombre, del que las ruinas cobraran valores implicitos luego para sus talleres literarios. Forma la estela de barro la cual diseño este peculiar tekhne de extraña pariencia. Ni tan estupido ni tan profundo.

Esa sera su vacilacion en forma de transmutacion. Poder atender en forma de entendimiento porque su vision y paseo por el mundo comienza a fallar; cuando solamente el jean de la compañera le inunda la mirada, mas alla de su pesar.

Y si sigue usted por el rastro del que las palabras aqui le indican, llegara entonces a oir a aquella voz en el discurso; la cual le susurra noche tras noche a las baldosas por donde el espiritu resquebrajado descansa, todos los deseos de los que la luna sueña con alcanzar, y de toda la inmensidad que me separa de vos, pequeña libelula de alas inflamables.

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